Aprovechando la llegada de la temporada vacacional, tal vez más de uno de nosotros se esté planteando salir de la rutina, abrir el corazón a uno de los miles de lugares que tenemos en nuestro país… uno de esos en los que la única voz que se escucha es la del viento susurrando entre los “frailejones”, o el canto de las quebradas arrullándonos durante un reparador descanso, ese lugar mágico está escondido en “Los Paramos”.
Los “Arangures”, muy nombrado… poco conocido.
La magia de nuestros andes siempre ha tenido especial atractivo para todos los amantes de las actividades turísticas en nuestro país, por esto es que a pesar de estar en un país caribeño, nadie de nosotros se atrevería a decir (sin sentir algo de pena) que no ha visitado en algún momento algún paraje andino. A pesar de la verdad que puede haber encerrada en esta premisa, hay lugares donde verdaderamente muy pocas personas se han atrevido a visitar, no tanto por su difícil acceso, sino también por estar alejado de esas comodidades tradicionales a las que estamos acostumbrados y que no permiten adentrarnos en la esencia de lo que el “páramo” representa, hacer nuestro ese aroma de arepa andina y café recién colado que se desliza entre gentiles manos trabajadoras o esa luz tenue con aroma a humo que sin darnos cuenta emerge de un típico fogón alrededor del cual se teje la historia de los “valles escondidos de los Andes Venezolanos”.
Me cuesta mucho discriminar entre todos lo lugares hermosos que se extienden a lo largo de las altas tierras de nuestro país pero trataré de tomar en cuenta un elemento esencial para el visitante… la facilidad de llegada y es aquí que comenzaré hablando del “Valle de los Calderones”, llamado así, porque sus primeros habitantes fueron la familia Calderón de Mérida y algunos de sus descendientes que hoy prácticamente han abandonado el lugar. ¿Dónde está ubicado?… cerquita tal vez tan cerca que más de una vez lo hayamos visto y no nos atrevimos a llegar. Después de asegurarnos que alguien nos pueda atender, tenemos que sacar un permiso de Parques Nacionales en el módulo respectivo en la estación del teleférico de Mérida (Barinitas) y desde “Mucunután” dirigirnos hasta la estación “La Aguada” por la ruta de “La Cañada” o “Los Callejones” donde, al llegar a la casa de Pedro Peña… que también ofrece posada, nos desviaremos en dirección hacia “Los Calderones”, donde una pequeña casa que tiempo atrás ofrecía una calida posada al viajero indicará que hemos logrado nuestro objetivo, nos asombrará el encanto de la bella quebrada que resalta aún más la magia que tiene este apartado lugar. Después de salir de nuestro asombro, podremos adentrarnos páramo arriba hacia el antiguo glaciar “Norte” del Pico Bolívar, del cual dos hermosos valles nos separan, el del “Papayo” y el de “La quebrada del Sol”. Esta es una zona prácticamente dejada en el olvido desde la bajada de “Los Calderones” y Francisca a la ciudad de Mérida, sin embargo no ha perdido ningún privilegio a excepción de la calidez de sus antiguos habitantes.
Como segunda recomendación, vamos a “radicalizarnos” un poco más en el sentido de tener que tomar en cuenta que la falta de posadas nos hace tener en cuenta la posibilidad de acampada. Ambos objetivos parten del pueblo de Gavidia (Cercano a Apartaderos), por cierto en Gavidia les recomiendo ponerse en contacto con el Sr. Rómulo de la posada “Michicaba” (Tlf: 0274-4147434) aparte de ser excelente anfitrión el podrá aclararle y ayudarlo a llegar al “Valle de Quita Sol”, que se encuentra en el páramo de Micarache, bajando hacia “Los Morritos”. El otro valle, que aunque un poco más distante, es verdaderamente una maravilla natural que pudiera ser envidia de cualquier país del mundo… me refiero al “Valle de los Aranguren”, que tomando la vía de la “Laguna del Santo Cristo” (esta puede ser incluida en nuestro recorrido si tomamos en cuenta las recomendaciones de un baquiano), al llegar al “Alto del Santo Cristo”, tomaremos dirección hacia “El Portachuelo” y finalmente, después de una larga bajada, una extensa pradera de grama y algunas casas abandonadas que nos dejarán casi sin aliento por la belleza del lugar, nos indicarán que hemos llegado. Conviene dejar bien arreglado el tema de los arrieros, especialmente en lo referente a precios, fechas y horas de regreso, número de bestias, etc. Podemos tomar como referencia que una mula y su arriero pueden costar alrededor de 2.500,oo Bs. por día. Yo les recomendaría una persona muy responsable que es el Sr. Richard Guerrero, que lo pueden ubicar a través de la misma posada “Michicabá”.
Buen viaje y espero que queden envueltos en la mágia de los páramos de Venezuela. Para más información favor visitar la página WEB http://www.alfredoautiero.com
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Alfredo, Buenas Noches
Soy Miguel Angel Prieto, tu colega de publicaciones en la antigua revista Mecánica Nacional(MN)yo me ocupaba de las publicaciones de submarinismo e investigación submarina. Como estas hermano? Saludos a tu gente. Necesito tu muy especializado asesoramiento en materia de alta montaña. Será que tu dispones de alguna foto satélite de un día claro, donde se vea desde lo alto la laguna del Glaciar de Los Timoncitos, al pie del Pico Bolívar? Si alguien puede tenerla eres tù que eres el experto. Necesito una para algo que encontré ayer. mi correo es centrokarimao@gmail.com. envíamela para explicarte. Mis respetos y saludos amigo.
Me parece realmente extraordinario lo que veo en tu blog acerca de las excursiones de alta montaña hacia tantos lugares maravillosos. Realmente esos logros se deben a tu experiencia de tantos años conociendo poco a poco las cumbres. Te felicito hermano. Que maravilloso es caminar a traves de la neblina guiado por una linea, respirando el aire puro de la alta montaña. Saludos a todos.