Para todos los niños, verdaderos montañistas; escaladores
de sueños y fantasías.
Para todos los adultos, que aún siendo niños, tratan de
escalar las fantasías de sus sueños.
“ARES”, fue la primera montaña, la más bella de
todas.
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En el principio de los tiempos, cuando solo el aliento Divino llenaba el todo, y el único sonido era el verbo… cuando solo predominaba la oscuridad, la fuerza Divina pensó que sería mejor colorear ese espacio, llenar cada partícula existente con olores diferentes que impregnaran el aire, y naturalmente sentir el placer de seres que pudieran disfrutarlo. Fue así como comenzó a llenarse todo de agua y desde el medio, en ese punto que se conoce como “Kailash”, emergió solemne, levantándose altiva y rasgando el espacio, para así dejar pasar la luz, que con su calidez y brillo, llenó de espíritu todos los objetos existentes. “ARES”, fue la primera montaña, la más bella de todas. Los arboles llenaban sus laderas con aromas que los Dioses usaban de perfumes, por sus costados corría el agua clara, permitiendo que los animales saciaran su sed, y en lo más alto, el hombre, desde allí podía casi tocar el cielo, su mirada llegaba hasta los confines del universo… como pudiendo ver el mundo de los Dioses.
Una sola condición era exigida para poder ser dueño de esta privilegiada condición. El gran Dios “Amithaba”, solicitó al hombre nunca descender de la Montaña, ya que las aguas a sus pies aún se mantenían en oscuras tinieblas, un lugar peligrosos para ellos. Más el hombre no contento con todas las maravillas que lo rodeaban, decidió descender. Sin mayor esfuerzo sus pasos emprendieron el fácil camino de la curiosidad y la desobediencia, y dejando la brillante luz de las alturas, se adentró en las tinieblas, donde la maldad con sus mil rostros lo obligó a errar por los mundos bajos, donde comenzó a cultivar el odio que lo hizo un ser destructivo y olvidadizo, incapaz de diferenciar entre el bien y el mal. También se encontró con la mentira, que con su hechizo lo separó de sus hermanos y lo convirtió en un ser solitario y desorientado.
“LAMA GESHE”, hacedor de relatos… alma
de las montañas del Khumbu.
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Y así el hombre se dio cuenta que el mundo de arriba era mejor, y decidió regresar a la cumbre de “ARES”, pero el frío rompió sus huesos y el viento aplastó su cuerpo contra el piso, y la luz con su resplandor se clavó en sus ojos como mil agujas calientes, y el gran Dios “Amithaba” le dijo: “A partir de ahora subir a lo más alto será para ti un sacrificio… mientras más alto más sacrificio. Sin embargo tuya será la gloria de alcanzar la cumbre. Recordarás la dicha de haber visto los confines del mundo, casi podrás tocar el cielo, y el amor volverá a inundar tu corazón, haciendo tu mente más clara, y enseñándote así los secretos del mundo”.
Muy bonito. Lo creaste tú?