Cuando nos referimos a un distante punto que es el hito divisorio por naturaleza entre tres países, sin duda nos estaremos refiriendo al Roraima. Sin embargo, pecaríamos de simplistas si nos referimos a esta mágica montaña sin comentar lo especial que es ella. Se ha dado por llamar “Mundo Perdido”, gracias a los relatos del escritor ingles Sir Arthur Conan Doyle, a una vasta zona, que en su mayoría se encuentra ubicada en los estados Bolívar y Amazona del territorio venezolano. Se trata de un altiplano o mejor dicho, Tierras Altas de Guayana o Pantepuy, cuyo origen se remonta a las épocas más antiguas de Venezuela y América del Sur, en las que se fueron depositando grandes cantidades de arena rocosa y algo de rocas volcánicas.
Esta zona, que se formó aproximadamente en el Precámbrico (1.600 a 2.000 millones de años). Hoy día la conocemos como la Formación Roraima, cuya progresiva erosión ha dado lugar a unas peculiares montañas, llamadas por los nativos pemones “tepuyes”, cuya característica fundamental es la presencia de abruptas y grandes paredes rocosas que las separan de las zonas que las rodean, dando condiciones para la vida animal y vegetal, sin duda especiales, a especies cuyas características se deben a las adaptaciones al ecosistema extremo de estas altiplanicies. Entre estas raras adaptaciones podemos nombrar de manera muy especial el fenómeno de “carnivorismo” de algunas plantas, mediante el cual han logrado complementar la escasez de sales minerales a través de un sofisticado sistema de captura de insectos.
El caso del Roraima, al que nos referimos en esta oportunidad, se trata del tepuy más visitado, por su fácil acceso e infraestructura apropiada en lo que respecta a senderos, porteadores, lugares para acampar, etc. Aparte de esto, y a raíz de una prohibición de visita a todos los tepuyes, emanada desde la Dirección General Sectorial de Planificación y Ordenamiento del Ambiente, del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (por decreto N° 1233, de fecha 2 de noviembre de 1990), los nativos del lugar ejercieron presión directa y lograron con el gobierno un “hagámonos la vista gorda” con el Roraima.
Este es el tepuy más alto y con sus 2810 metros es el punto más alto de Brasil y Guyana y debe su nombre a la palabra Taurepan (pemon), “Dodoima”, que significa “Gran verde-azulado”, en cuya cima la diosa Kuin reina sobre los seres civilizados. Su cercanía al tepuy Kukenan y su considerable altura lo hacen, especialmente en el sector occidental, un lugar en el que las lluvias son casi constantes. Sin embargo, podemos definir una temporada de menor pluviosidad entre los meses de diciembre y marzo, que son los de mayor afluencia de visitantes, entre los que destacan alemanes, ingleses, e italianos.
¿Cómo llegar?
Ahora bien, muchos se preguntarán, ¿cómo ir al Roraima? Bien, no se trata de algo tan sencillo como ir a Nueva York o Miami. En efecto, si tomamos en cuenta los costos y la distancia desde el centro de Venezuela, esta premisa no es tan absurda. Sin embargo, hay lugares que bien valen el esfuerzo y Roraima es uno de ellos. Comencemos a analizar algunos aspectos del viaje. En primer lugar: el transporte.
Partiendo de la premisa de que la referencia es la ciudad de Caracas, hay dos alternativas: tierra o aire. En el primer caso, podemos comenzar a analizar el caso de que viajemos con nuestro propio carro. La vía principal y más lógica es la “carretera” de Occidente, pasando por el Guapo, El Tigre, Puerto Ordaz, es preferible esta vía a la de Ciudad Bolívar ya que el cruce del río Orinoco con la chalana puede causarnos retardo. Después hay que tomar hacia Guasipati, El Callao, Tumeremo, El Dorado, Km 88, Luepa, Kamoiran, San Francisco de Yuruani y finalmente, con vehículo tracción en las cuatro ruedas llegaremos a Paraitepuy del Roraima. Con esto habremos completado un recorrido total que, de acuerdo a la capacidad de consumo del vehículo, representa “varios” tanques de gasolina. En este sentido vale la pena ser cuidadoso a partir de la población de El Dorado, ya que las estaciones de gasolina escasean y generalmente suelen estar cerradas de noche. En este sentido, si planeamos hacer el viaje en un solo día (16 horas aprox.), entraremos a la Gran Sabana a principio de la noche. En todo caso, Km 88, Luepa y Kamoiran, tienen gasolina.
Tomando esta opción, del viaje por tierra, existe también la alternativa de transporte público, bien con autobús (que los hay de muy buena calidad) o bien con “carro por puesto” o “libre”, en cualquier caso es preferible utilizar Ciudad Bolívar como punto de trasbordo intermedio, ya que desde allí salen, a finales de la tarde autobuses con dirección a Santa Elena de Uairen. No nos olvidemos que en algunos casos estos autobuses suelen ser algo parecidos a una “nevera” (no olviden tomar las previsiones y llevar un abrigo siempre a la mano). Otra cosa digna de ser tomada en cuenta es que, si nos vamos a detener en San Francisco de Yuruani, sin llegar hasta Santa Elena, hay que avisarle al chofer para que él deje el equipaje en el lugar más apropiado. También, por razones obvias en nuestro país, es importante tener los documentos de identidad (cédula o pasaporte) a la mano.
En el caso de tomar la alternativa de transporte público, al llegar a San Francisco, si no llegan en la madrugada o tarde en la noche, hay que proceder a la contratación de otro vehículo 4×4 que nos lleve hasta Paraitepuy del Roraima. En su gran mayoría, los habitantes de San Francisco son evangélicos y suelen no trabajar los días sábados. Hay que evitar en lo posible tener que hacer cualquier diligencia en este pueblo ese día. Por cierto, se me olvidaba comentarles que entre los habitantes de Parai Tepuy y San Francisco hay ciertas “rivalidades”, debido fundamentalmente a la contratación de porteadores, por lo que les recomiendo, sinceramente, contratar a estos porteadores en Paray Tepuy, lugar desde el cual debemos comenzar nuestra caminata de manera casi obligada, a menos que vayamos en bicicleta, en cuyo caso el paso está permitido hasta el río Kuquenan.
Otra de las opciones, especialmente cuando el tiempo es apremiante, es viajar vía aérea. Si este fuera el caso, existen dos alternativas principales: la primera, los vuelos comerciales, y la otra, los vuelos “Charters”. Hay varias líneas aéreas que cumplen sus vuelos regulares hasta Ciudad Bolívar y/o Puerto Ordaz. Estos objetivos son obligatorios, ya que no existen vuelos que saliendo desde Caracas o Maiquetía lleguen hasta Santa Elena u otro lugar cercano. Es importante tener bien en cuenta la hora de salida del vuelo entre Ciudad Bolívar o Puerto Ordaz y Santa Elena. Rutaca tiene un vuelo diario que hace esta ruta y Transmandú.
¡A buscar porteador!
En cuanto a la contratación, o mejor dicho, negociación con los porteadores, es necesario tener en cuenta algunas premisas. La primera es que ningún grupo puede visitar el Roraima sin un guía o porteador que lo acompañe. La segunda, cada porteador o guía cobra Bs 1.000 diarios y no carga más de 15 Kg. Piénselo bien y saque la cuenta antes de hacer el equipaje. ¡Ah! Y no se olvide de llevar efectivo. El tiempo mínimo, a efectos de pago, para llegar a la cima del Roraima es de tres días. Esto significa que si usted desea llegar en dos, indistintamente tendrá que pagar tres. En cuanto a porteadores, puedo recomendarles ponerse en contacto, al llegar a Parai Tepui, con Basilio, Epifanio, Braulio o el Sr. Casto Ayuso, todos ellos nativos del lugar.
A medida que nos acercamos al Roraima, éste nos va mostrando de una forma cada vez más evidente el camino a tomar. Se trata de una extensa cornisa que asciende transversalmente desde el bosque que se despliega a los pies del tepuy. Desde que entramos a este bosque, un mundo mágico comienza a envolvernos y todo toma una dimensión diferente: paredes de 300 y más metros que se levantan verticales queriendo tocar el cielo, desde donde caen inmensas cascadas que de vez en cuando nos rocían con sutil caricia. Esta constante humedad le da a la vegetación un aspecto único y características muy especiales que contrastan notablemente con la aridez de la sabana circundante.
Cuando la fuerte pendiente cambia abruptamente su inclinación, un caos de formaciones rocosas nos da la bienvenida a la cumbre. Extrañas y sugestivas formas y siluetas de rocas sobresalen aisladamente por doquier. La noche siempre le da un aspecto más inquietante, aunque no menos hermoso a este lugar.
El límite es la imaginación
Lluvia y Roraima, ¿cuál es la diferencia? El Roraima es un tepuy cuya altura de 2.610 metros establece notables cambios de temperatura. Durante el día la fuerte radiación solar, recogida por la oscura capa rocosa de su cumbre y en la noche el frío y el fuerte viento, producen estados de condensación elevados. Todo esto, aunado a la gran cantidad de selva que circunda toda la región. Estas combinaciones hacen que en esta extensa zona la lluvia sea un elemento común. Sin embargo, la inigualable belleza de este lugar nos hace olvidar cualquier contratiempo.
La exploración de la cima del Roraima requiere, para poder apreciarlo realmente, por lo menos tres días de permanencia. Es importante tener siempre en cuenta que es muy fácil extraviarse, por lo que siempre recomiendo salir acompañados de un guía, con algo de abrigo, comida y luz, además de tener una bitácora del recorrido a realizar. Hay que evitar los valles y cañones muy profundos, ya que salir de ellos generalmente se hace complicado, debido a las paredes verticales que los delimitan.
Entre los puntos de mayor interés a visitar podemos citar: “El hotel”, situado en las proximidades de la entrada común a la cima del tepuy. Hoy en día existen varios de estos “hoteles”, grandes formaciones de roca que permiten albergar una o varias carpas con excelentes condiciones de cobijo y resguardo, con un único y grave problema: la basura. Entre estos “hoteles” cabe destacar: Maverick, San Francisco, Yakusi. Otro lugar de mucho interés es el Valle de los Cristales, ubicado en el extremo sureste de la montaña, que nos muestra uno de los aspectos más llamativos de estas formaciones como lo es la presencia de afloramientos de grandes cristales de cuarzo, que lentamente han sido devastados por los miles de visitantes y nativos que recorren el tepuy durante todo el año. No podemos dejar de mencionar el “Punto Triple”, llamado así por ser confluencia fronteriza entre Venezuela, Brasil y Guyana, caracterizado por un gran hito de concreto blanco fácilmente reconocible. Muy cerca de este lugar, está el “Valle del Norte”, una de las zonas con más vegetación en la cima del Roraima y, un poco más al suroeste, se encuentra ubicada “La Fosa”, lugar mágico en el que las aguas cristalinas del tepuy se han ido concentrando hasta formar esta gigantesca cavidad que bien vale la pena visitar.
En fin, el Roraima nos brinda un sinnúmero de posibilidades extraordinarias, cuyo límite es nuestra imaginación. Pero lo más importante al visitarlo es no olvidar la fragilidad ecológica de este lugar y tratar de evitar todo aquello que pueda representar un daño a su ambiente. ¡Ojo con la basura!.
saludos, alfredo tuve el honor de recibir un curso de alta montaña en la teta de niquitao dictado por ti con el patrocinio del extinto ministerio de la juventud, desde ese momento te sigo la huella y aunque es la primera vez que hago contacto, estoy muy orgulloso de tus logros….. que siga la aventura….exitos
CARLOS QUINTERO PIKY