Para finalizar y solo para aquellos entrenados en las técnicas de escalada en “Alta Montaña”, está la tercera y última etapa de esta propuesta “Laguna Verde”- “Pico Humboldt”, existen varias rutas para este recorrido pero al final todas culminan en el glaciar que rodea a la segunda montaña más alta de Venezuela. Particularmente yo recomiendo la utilización de un Guía especializado (AVIGM/ http://www.alfredoautiero.com ) es un recorrido que ha de comenzarse en la madrugada y que nos llevará hasta los 4.980 metros de altura, hay que prever todo el día para ello y no debemos olvidar agua, comida y porque no… luz para la noche. No debemos perder de vista que las técnicas de escalada en Alta Montaña requieren de destrezas especiales y este recorrido es exigente física y técnicamente.
Reseña geográfica e histórica
de: Vicente Carrillo B.
Las cumbres más elevadas de Venezuela, se encuentran en la región andina, en las sierras nombradas Nevada de Mérida, de Santo Domingo y del Norte, también conocida como La Culata. Con un origen tectónico [telúrico], las vertientes de las montañas andinas, forman una sucesión de niveles escalonados y de valles alargados que acumulan capas sucesivas de sedimentos. En la Sierra Nevada encontramos los picos o cimas sobresalientes de mayor renombre en la región, entre ellos el Bolívar (5.007 msnm), el Humboldt (4.940 msnm), el Bonpland (4.890 msnm), La Concha (4.870 msnm), El Toro (4.730 msnm) y El León (4.720 msnm), todos ellos desdoblados en cumbres, riscos y gargantas colosales que en su momento inspiraron aquel fabuloso y hermosísimo mito de las Cinco Águilas Blancas.
La Sierra Nevada de Mérida posee los únicos glaciares de Venezuela y comenzó a ser explorada formalmente a mediados del Siglo XIX. La expedición del Botánico Pierre Burgoin (1.831-1913) en 1868, alcanzará por primera vez la cima oriental de El Toro. Más tarde el Dr. Alfredo Jahn alcanzará la cima occidental del mismo pico, el 17 de Marzo de 1910. El mismo año, llegará al entonces existente glaciar del Pico Espejo y logrará, el 18 de Enero de 1911, la que es tenida como su mayor proeza: la ascensión a La Corona, cuyos picos gemelos habían sido bautizados por él como Humboldt y Bonpland.
El Pico Humboldt fue escalado por segunda vez por Luís Ruiz Terán, en 1945. En esa ocasión ascendió igualmente al Bonpland y a un picacho vecino que desde entonces lleva su nombre. Entre el Humboldt y el Bonpland (La Corona), encontramos el más importante glaciar de las cumbres andinas venezolanas, cuyos deshielos se acumulan en las lagunas Verde (3.800 msnm) y El Suero (4.200 msnm). Se trata de un glaciar todavía imponente, de unos 30º–40º de inclinación, accesible por la vía Norte que parte de la Laguna Verde. La vía de El Suero, también lo hace accesible. Ambas vías de acceso plantean dificultades y riesgos, tanto por su inclinación como por el cúmulo de piedras sueltas.
El glaciar de La Corona viene experimentando desde hace décadas, una importante disminución de tamaño a causa de las variaciones climáticas. Nuestro amigo el Profesor Charles Brewer Carias, nos refiere cómo a finales de la década del 50 del pasado Siglo, el Glaciar se extendía hasta las proximidades de la Laguna Verde, haciendo imposible el acceso a la cumbre por esa vía. Alfredo Jahn, quien había analizado el deshielo progresivo en estas elevaciones, nos indica en sus datos y registros fotográficos, que el límite inferior de los glaciares, se ubicó para 1912-1925 alrededor de los 4.500 msnm en el lado Norte de la Sierra Nevada de Mérida. Entre los años de 1977 y 1998, desaparecieron los glaciares de Timoncitos, al sureste y suroeste del Pico Bolívar y los del flanco sur del Humboldt y del Bonpland. Hoy en día sólo se aprecian acumulaciones estacionales de nieve, en esas áreas despejadas por los otrora vetustos glaciares.
Interesa destacar que en la zona de deshielo del glaciar, se acumulan depósitos de derrubios que forman las llamadas “morrenas”. El glaciar baja desde la cumbre y a su paso, como nos dice Brewer Carias, incorpora y desliza materiales que encuentra en el camino. Estas “morrenas” de suyo resbaladizas, a veces cortantes, se aprecian en las vertientes de las montañas que nos llevan desde La Coromoto a La Verde y de allí al glaciar que se sitúa en la base del Humboldt. Existen numerosos registros que demuestran el retroceso del glaciar en comentarios, aunque al parecer, en algún momento en el año 2001, habría dado signos de insipiente recuperación. Sea lo que fuere, todo indica que Alfredo Autiero tiene razón al alertarnos que estaríamos en presencia de un ser en trance de extinción.
El tema de la desaparición de los glaciares constituye un fenómeno mundial y, como apunta Brewer Carias, no necesariamente vinculado al llamado “calentamiento global”. A todo lo largo de la Cordillera de Los Andes, se expresa con idéntica significación en Venezuela, en Ecuador ó en el Perú, donde se concentra el mayor número de glaciares de las zonas tropicales. Y en casos puntuales, la totalidad de las aguas utilizadas por comunidades aledañas durante la estación de sequía, proviene de reservorios naturales alimentados por el deshielo glaciar. Un asunto preocupante que como hemos dicho, se expresa en mayor o menor medida en los glaciares de todas las regiones tropicales del mundo.
___________________________________________
RELATO SOBRE UN ASCENSO
Nunca había tenido esa sensación. En el ángulo de la sala, mi morral impávido, parecía mirarme. Había quedado esperando con todo su contenido, a que, como mascota casera, lo sacara a la montaña. En efecto el pasado 16 de diciembre, Marcus me esperaba en el Ref. Albornoz… en la base Sur del Pico Bolívar para apoyarlo en el ascenso de un grupo de jóvenes que irían hacia la cumbre de la más alta cumbre del país.
Allí estaba yo detenido en el aeropuerto de Maiquetía gracias a la brillante decisión de un “genial” economista que había decidido dejar a Venezuela sin moneda. Explicar el “caos” de ese día en el aeropuerto sería verdaderamente complicado, tan complicado como explicar la circunstancias que lo rodearon. Sin embargo allí estaba él, si… mi morral.
Digamos que, cada vez que entraba a la casa lo veía castigado… mejor dicho, arrinconado. No me detenía en ningún momento a darle explicaciones (Al morral), porque sabía que muy pronto el día 2 de enero me tocaría salir hacia la “Sierra Nevada de Mérida”. El Centro Excursionista Loyola (CEL), me había pedido apoyo para acompañarlos a escalar algunas montañas del sector Oriental de la Sierra y finalmente descender en teleférico hacia la ciudad de Mérida el día 7.
Los días de Navidad y Año Nuevo pasaron rápidamente. Tal vez igual que cualquier otro año, pero las circunstancia que rodearon el año 2016 en el país, es probable que, por lo menos en mí, hubiesen aumentado el deseo de que llegara el 2017 con mejor pie… ustedes saben, esas tonterías “cabalísticas” que siempre nos dan esperanzas pensando que el paso del tiempo, por sí solo, traerá un mejor futuro.
Por suerte, con o sin “metafísica”, tomé por sorpresa a mi “morral” (creo que pude haberlo hasta asustado), eran las 3:20 de la mañana y, mi morral y yo nos enfilamos hacia Chacao, desde donde emprenderíamos nuestro camino hacia el destino que desde hace algunos meses, los jóvenes de 4° y 5° año de bachillerato del Colegio San Ignacio, habían estado preparando y esperando.
Entre rumbas, festividades, trasnochos y preocupaciones, allí nos encontrábamos, rodando por la “Regional del Centro”, en mi acostumbrada y trillada ruta hacia el Estado Mérida atravesaba un interminable número de Estados, ciudades, pueblos… y alcabalas. El adormecimiento producido por el monótono juego de la luz entre las cortinas y el ronroneo del motor del transporte, hizo que las 13 horas y cuarto, para llegar a San Rafael de Mucuchies, nos parecieran más cortas. Una vez más allí estaba, la simpatía de Nelson y su esposa, nuestros gentiles anfitriones, se mezclaba con la emoción de todos los integrantes de ambos grupos que nos preparábamos para salir al día siguiente hacia nuestros objetivos. Me refiero aquí a “ambos grupos”, porque es tradición en el Centro Excursionista Loyola, que dependiendo del grado de los alumnos, planifican sus objetivos. Es decir, los alumnos de 4° año de bachillerato se dedican a tratar de alcanzar algunas cumbres de la “Culata” y los de 5°año enfocan sus pasos hacia la “Sierra Nevada”.
No era nada desalentador comenzar el año caminando en la montaña, especialmente en una tan hermosa como la “Sierra Nevada de Mérida”. Un cordial saludo de año nuevo con todos los amigos de la estación de Guarda parques de “La Mucuy” y algunos de los integrantes de la brigada de montaña de los Bomberos Forestales, que se encontraban el labores de búsqueda de una pareja extraviada en el sector “Quebrada del Oso”, eran la mejor señal de que iniciábamos a adentrarnos en la MONTAÑA y que como siempre el “sentido común” y la prudencia nunca estarían de más. Aunque bien vale la pena destacar el estado de abandono de la ruta que sube hacia las lagunas “Coromoto” y “La Verde”, que definitivamente con los escasos recursos de “INPARQUES”, la falta de señalización y lo tupido de los senderos, hacen mucho más probable la posibilidad de extravío y/o accidentes entre los visitantes.
En la Montaña la mayoría de las veces, especialmente cuando se está con Grupos numerosos, lo más importante no es cuán rápido puedan llegar a su destino sino lo compacto en que todos sus integrantes lleguen, y en esta oportunidad no puedo negar que me encontraba en presencia de un buen grupo. Antes de las 16:00, todos ya estábamos en nuestro lugar de acampada (Lag. La Coromoto), y a pesar de todo pronóstico, encontramos lugar suficiente para colocar las carpas. El único problema es que, siendo esta ruta una importante fuente de agua para los habitantes de las tierras bajas de la Mucuy y Tabay, las autoridades competentes no hayan dispuesto de instalaciones apropiadas para recolectar los “Desechos Humanos” de los numerosos visitantes… en fin, con el CEL no fue difícil hacerles entender el cuidado que deberían tener al manejar sus desechos.
Nada más sabroso que acostarse cansado y que con un buen y reparador sueño, las montañas nevadas aparezcan en el horizonte… es como un “shot” estimulante que te quiere hacer llegar rápido a tu destino. Bueno, en nuestro caso así fue, a las 9:49 am del día 4 de enero, iniciamos el ascenso hacia la Laguna “El Suero”, el día estaba excelente y luego de 4 horas y 46 minutos, todos nos encontrábamos almorzando en la “Laguna Verde” y finalmente, después de haber recorrido 10.30 km. llegar a la “Laguna El Suero” a 4.104m. de altura, donde después de montar las carpas y una reconstituyente cena de “noodles con vegetales” y otras exquisiteces, cortesía de mis chefs “profesionales” Vicente Morata y “Rafo” Tineo, no quedaba otra cosa que dar las instrucciones para salir en la madrugada hacia las cimas del “Humboldt y Bompland”.
Algunas voces se abrían paso entre la oscuridad y el frío de la noche, el grupo de 19 personas que escalaría el Humboldt inició su caminata alrededor de las 4:30 am., los otros 10 que iríamos al Bompland, salimos a las 5:10am y a buen paso nos enfilamos hacia el sector conocido como “Murallas Rojas”, ya que este se dirige de manera casi directa hacia “La Ventana” del Bompland. Al poco tiempo de haber iniciado la caminata, pudimos distinguir una luz intensa y solitaria que se acercaba a toda velocidad hacia nosotros, casi sin duda, y a pesar de no poderlo distinguir por la oscuridad y la lejanía podíamos intuir que se trataba de Luís Simosa, que venía a apoyarnos en el ascenso a la montaña… en efecto, por su voz no tardamos en comprobar que nuestras suposiciones eran ciertas. A las 9:22 de la mañana del día 5 de enero estábamos en la cumbre del “Bompland” y, en vista del buen desempeño de los muchachos del grupo, decidimos complementar este ascenso con su par de “La Corona”… el Humboldt, a cuya cumbre llegamos ese mismo día a las 12:07 del mediodía. No tardamos mucho en iniciar el descenso, aunque en esta oportunidad optamos por utilizar la ruta que bordea el glaciar “Sur-Oeste” del Humboldt y las laderas del “Pico Sucre”, para llegar finalmente a la “Cascada” y ascender así a nuestro campamento en la “Laguna del Suero”. Definitivamente el sentimiento en el campamento era de alegría, todo el equipo del Centro Excursionista Loyola había logrado sus objetivos del día y antes de las 4 de la tarde ya todos estábamos en el campamento preparando nuestro regreso al día siguiente, que de manera “poco tradicional” realizaríamos por el “renovado” teleférico “Mukunbarí”, con la previa pernocta en el conocido campamento “Albornoz”, a los pies del Pico Bolívar.
A pesar de algunos “planes alternativos” de ascender a los picos “La Concha” y Bolívar” el día 6 de enero, no se puede negar que uno de los tramos más exigentes de esa jornada fue el superar, los 250m de desnivel que conforman las arenosas e inclinadas pendientes de la “TXOMAJOMA” (Iniciales de TXomin V., MAximiliano P., JOrge B. y MAximiliano R.). Definitivamente, estábamos cortos de tiempo para intentar los ascensos adicionales que se habían propuesto, sin embargo, y sin ningún percance, logramos establecer el Campamento, según los planes, a las 16:15. El campamento Albornóz es una pequeña explanada a 4.600m de altura, en la que escasamente caben 10 carpas y el agua escasea, cuya única fuente son los vestigios de la “Laguna de Timoncito”, hasta la cual tuvimos que ascender en busca de agua para el consumo y preparación de la comida principal del día.
En el día 7, no cabía la menor duda de que la voluntad general del grupo, era la de llegar al teleférico y completar el trayecto, ya se escuchaba entre todos conversaciones relacionadas a comida, gaseosas, duchas calientes y otras “comodidades” que se añoran después de 6 días de montaña… y más rápido que nunca, a las 10:07 de la mañana y en poco menos de 2 horas, ya nos encontrábamos en Pico Espejo, deleitándonos con un buen café y con variados anécdotas acompañados de fotografías y risas.
Lo más maravilloso de esta experiencia, aparte de haber compartido con este equipo de montañistas tan especial, en un ambiente único como el de la Sierra Nevada de Mérida, es el haber llegado a mi casa, y al conectar mi equipo Garmin “Fenix 3” a mi computadora, es haber descubierto un nuevo mundo de detalles relacionados a “Rendimiento Físico”, “Topografía del Terreno”, “Ubicación”, “Cartografía”, que había, durante todas mis andanzas por las montañas tratado de juntar, y allí estaban. Ahora si entendía lo que “Claude” me había estado tratando de explicar con su acostumbrada paciencia y experiencia con los equipos Garmin, ya que él ha sido representante para Venezuela durante muchos años de estos sofisticados equipos.
Espero, poco a poco, irles transmitiendo todos estos detalles, sin embargo, para obtener algunas informaciones adicionales de esta ruta al Humboldt, les recomiendo visitar mi “Blog”: http://alfredoautiero.com/homepage/2012/02/pico-humboldt-una-montana-de-lujo.html
Miguel Iglesias G. es un integrante del CEL Senior y ha venido haciendo de una manera metódica y consecuentemente la bitácora de sus ascensos a la Sierra Nevada de Mérida y otras montañas del país (Un digno ejemplo a seguir), aquí lo pone a nuestra disposición:
Sierra Nevada Enero 2019
(Humboldt)
El Pico Humboldt es la segunda montaña más alta de Venezuela, con 4.940 msnm. Forma parte
del grupo La Corona, un conjunto de picos que circunda un macizo donde reposa el glaciar del mismo
nombre. El glaciar La Corona es el último existente en Venezuela y se reduce a pasos agigantados, sin
embargo, gracias a fuertes nevadas en el invierno andino de 2018, el último glaciar aumentó
considerablemente su tamaño, lo que interfirió en el curso del ataque al pico.
En esta oportunidad realizamos el ascenso desde el Parque La Mucuy hasta el campo base en
Laguna Verde, desde donde se atacaron los picos Bompland exitosamente y Humboldt sin alcanzar la
cumbre.
Día 1
Caracas – San Rafael de Mucuchíes | 2·01·19
Día 2
San Rafael de Mucuchíes – Laguna La Coromoto | j.
3·01·19
Al llegar al puesto de Guardaparques en La Mucuy se nos informó que el ascenso al Pico
Humboldt está prohibido con objeto de preservar el glaciar. Sin embargo el grupo contaba con un
permiso previamente tramitado
Día 3
Laguna La Coromoto – Laguna Verde | v. 4·01·19
En el paso de roca antes de llegar al valle de Laguna Verde los últimos dos del grupo tomamos el
camino equivocado: en un punto el camino franco es interrumpido por una barrera de piedras, en ese
momento debe tomarse otro sendero menos aparente por la roca, ascender con ayuda de las manos y
empatar con el camino de descenso posteriormente. El camino equivocado lleva a un barranco que es
muy peligroso de bajar. Yo me devolví con el otro integrante del grupo sin su morral, bajé de nuevo para
buscarlo y una vez ambos arriba cada uno con su morral retomamos el camino correcto.
Día 4
Laguna Verde – Humboldt – Laguna Verde | s. 5·01·19
Comenzamos el ascenso desde Campo Base en Laguna Verde, tomando el sendero que asciende
por el valle hasta cruzar a la izquierda en dirección a la cascada congelada que drena la quebrada del
deshielo de La Corona. En la madrugada, en medio de la oscuridad (sobre todo en esta oportunidad con
luna nueva), puede confundirse el sonido de la cascada con el del río que drena la Laguna El Suero, para
distinguir el lugar en el que desviarse se tienen estos puntos de referencia: un accidente en la pared
izquierda del valle que describe una curva poco pronunciada sobre la cual se puede distinguir el glaciar y
una explanada justo antes de una larga y fuerte subida.
Continuamos el ascenso por la ruta de la cascada hasta que nos encontramos con el primer
nevero, el guía abrió la primera parte hasta una protuberancia de roca que sirvió de punto de reunión
hasta el cual se aseguró con una cuerda al resto de los integrantes. Me tocó abrir la ruta del segundo
nevero (que ya se conectaba con el glaciar) hasta la segunda reunión. Desde ese punto exploré una posible
ruta por la roca que resultó muy peligrosa, por lo cual se decidió hacer un largo por una fisura entre el
hielo y la roca hasta una repisa en la que se encontraron dos cuñas que sirvieron para montar una travesía
hasta otro punto de reunión, que se conectaría más tarde con la base del Pico Sucre en el último largo de
escalada que hicimos.
Una vez todos estuvimos en la base del Sucre decidimos no seguir avanzando por seguridad,
almorzamos y descendimos en rapel por la misma ruta sin mayor percance. Es importante tener extremo
cuidado con las piedras que fácilmente pueden desprenderse de la pared sin previo aviso.
Día 5
Laguna Verde – San Rafael de Mucuchíes | d. 6·01·19
Día 6
San Rafael de Mucuchíes – Caracas | l. 7·01·19
Hitos de la ruta-Tiempo en la ida
Caracas – Mucuchíes 13h 11h 10
Mucuchíes – La Mucuy 1h 19 +26
La Mucuy – El Oso 3h 07 +53
El Oso – El Duende 1h 49 +8
El Duende – La Coromoto 0h 46
TOTAL 6h 45 4h 31
La Coromoto – Puente Quemao’ 1h 06 1h 03
Puente Quemao’ – Valle Amarillo 1h 05
Valle Amarillo – Paso de La Verde 1h 26 +35
Paso de La Verde – La Verde 0h 49
TOTAL 6h 43 3h 15
La Verde – Cascada congelada 0h 28 –
Cascada – Base del Sucre – La Verde 13h 01
TOTAL 13h 29